La práctica regular de actividad física produce un aumento de la autoconfianza, sensación de bienestar, mejora de los estados emocionales y el autocontrol.
La actividad física es un aliado para evitar la aparición de trastornos de personalidad, estrés laboral o académico, falta de habilidades sociales, disminución del impacto laboral, social y familiar.
(Barbosa y Urrea, 2018).