La actividad física vigorosa requiere una gran cantidad de esfuerzo, provoca una respiración rápida, eleva la frecuencia cardíaca y aumenta el calor corporal que produce sudoración.
Algunos ejemplos son:
(Centers for Disease Control and Prevention, 2020b; Ministerio de Salud y Secretaría Nacional del Deporte, s.f.).
(Barrios et al., 2014).
La persona que realiza la actividad física vigorosa presenta jadeo y/o se queda sin aliento y no puede mantener una conversación con facilidad.