El uso de aditivos no es necesariamente malo, ya que confiere diversas propiedades funcionales a los alimentos y son utilizados en cantidades que la industria ha estudiado como seguras. Sin embargo, nuestra responsabilidad es cuidar que las dosis totales de aditivos que estan presentes en los alimentos a consumir sean lo menos posible, debido a los efectos secundarios que su consumo excesivo puede provocar. Por ello, aprender a identificarlos en la etiqueta de los productos es una gran herramienta que se debe implementar.