(Christian, 2019; Mercadal, s.f.).
Los aditivos alimentarios según su procedencia se pueden clasificar en:
Naturales:
Estos aditivos están presentes en la naturaleza mediante operaciones de carácter físico que no implican la adición de otras sustancias no naturales.
Artificiales:
Estos aditivos son obtenidos mediante procesos de síntesis no presentes en la naturaleza y/o que pueden generar o incorporar sustancias no naturales.
Algunos ejemplos de aditivos naturales son:
Curcumina.
Función: Colorante amarillo brillante a naranja intenso.
Se utiliza en:
Mantequilla.
Mermelada.
Mostaza.
Sopas instantáneas.
Licopeno.
Función: Colorante rojo oscuro.
Se utiliza en:
Salsas.
Condimentos.
Sucedáneos vegetales de carne.
Suplementos.
Algunos ejemplos de aditivos artificiales son:
Tartrazina.
Función: colorante amarillo intenso o naranja brillante.
Se utiliza en:
Refrescos.
Cereal de caja.
Postres.
Mayonesas.
Acetato de Zinc.
Función: potenciador de sabor amargo.
Se utiliza en:
Chicles mentolados para refrescar el aliento y combatir la placa bacteriana.
(Aditivos alimentarios, s.f.; Christian, 2019; Mercadal, s.f.).
Otra forma de clasificar los aditivos alimentarios es según su funcionalidad:
(Velázquez-Sámano et al., 2019).
La Norma General para los Aditivos Alimentarios del Codex (CODEX ALIMENTARIUS 1995), es la encargada de proporcionar los lineamientos para la industria alimentaria y el uso de aditivos.
(Instituto Nacional de Aprendizaje, s.f.).
El Sistema Internacional de Numeración (SIN) es un sistema numérico de identificación de aditivos alimentarios basado en el sistema implementado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), de tal manera que se asignan códigos que inician con la letra “E” a cada aditivo.
(Instituto Nacional de Aprendizaje, s.f.).
El Sistema Internacional de Numeración indica las funciones cada uno de los tipos de aditivos, así como la sustancia específica usada. Se basa en los siguientes números:
(Christian, 2019).