Para que un edulcorante natural o artificial sea utilizable por la industria alimentaria tiene que cumplir con ciertos requisitos:
1. Inocuidad.
2. Sabor dulce percibido inmediatamente.
3. Capacidad de degradarse rápidamente.
(Alonso, 2010).
4. Debe ser lo más parecido posible al azúcar de mesa en cuanto al sabor.
5. Su aporte calórico sea más bajo al del azúcar común.
6. Debe ser lo suficientemente estable para mantener sus cualidades al ser combinado con otros alimentos.
(Alonso, 2010).