Las necesidades de nutrimentos esenciales aumentan en la adolescencia y va disminuyendo con la edad. Es fundamental tener una dieta de buena calidad nutricional en todas las etapas de la vida.
La adolescencia es una etapa de riesgo para excesos y deficiencias nutricionales.
(Alfaro et al., 2016; Moreno y Galeano, 2015).
Una alimentación correcta promueve un crecimiento y desarrollo óptimo, además, previene problemas de salud a corto o largo plazo como:
Corto plazo:
Largo plazo:
No solo es importante qué se come, sino cuánto se come.
(Alfaro et al., 2016).
La mejor manera de saber la cantidad de comida que se ingiere es conociendo los gramos o mililitros dependiendo de cada alimento.
Para ello existen herramientas que ayudan a medir e identificar porciones.
(Portilla, 2017).