Inmunidad adquirida (adaptativa).

Es el siguiente nivel de defensa y tiene como finalidad lanzar un ataque específico y adaptado al agente infeccioso presente en el cuerpo para eliminarlo.

(Cedillo et al., 2015). 

Se pondrá en marcha a través del reconocimiento de diferentes microorganismos, toxinas o antígenos.

El tipo de inmunidad, duración e intensidad estarán en función del tipo de antígeno (elementos extraños).

(López y Bermejo, 2017).

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