Los síntomas de la deshidratación se clasifican conforme a la severidad de esta y conforme al porcentaje de peso corporal perdido.
Cuando la deshidratación es leve la persona se encuentra alerta, responde a órdenes, no tiene sed, tiene las mucosas húmedas, la presión arterial, la respiración, la frecuencia cardíaca y el volumen de orina se encuentran normales.
(Colca et al., 2017).
Cuando la deshidratación continúa y no se ha recibido ningún tratamiento, puede evolucionar a moderada y la persona puede llegar a tener:
(Reis, 2020).
Si la deshidratación se vuelve severa, puede causar síntomas como:
(Colca et al., 2017).
Los síntomas también pueden ser clasificados en función al balance del agua y de los solutos (electrolitos) perdidos.
Los síntomas aparecen debido a que el cuerpo intenta mantener el balance normal de agua y solutos, y mantener las funciones vitales estables.
(Molina, 2019).
La deshidratación es hipotónica cuando se pierde principalmente sodio, por lo que también se le llama deshidratación hiponatrémica.
En esta deshidratación existe:
(Cátedra Internacional de Estudios Avanzados en Hidratación [CIEAH], 2016; García et al., 2020).
Los síntomas de la deshidratación isotónica suelen ser los mismos que en la deshidratación hipotónica debido a que se pierde la misma cantidad de sodio y de agua.
Esta deshidratación puede causar la muerte.
(CIEAH, 2016).
En la deshidratación hipertónica se pierde principalmente agua, dentro del cuerpo queda mucho sodio por lo que se le llama deshidratación hipernatrémica. Los síntomas son:
(García et al., 2020).
El organismo tiene el agua suficiente para mantener las funciones vitales normales y a medida que el cuerpo va perdiendo agua, ya sea por medio del sudor o la orina, este retiene el líquido en donde es más importante tenerlo, por ejemplo, en:
(Lifer, s.f.).