Los hidratos de carbono son compuestos orgánicos formados por carbono, hidrógeno y oxígeno. Son la fuente principal de energía para el cuerpo, especialmente para el cerebro y el sistema nervioso.
(Instituto Tomás Pascual Sanz, 2010).
Los hidratos de carbono se clasifican en:
Simples: Son azúcares que se absorben en el organismo de forma rápida y de los cuales se puede obtener energía de forma casi inmediata. Un ejemplo de ellos es el azúcar común.
Complejos: Su absorción es lenta y necesitan mayor tiempo de digestión, por lo que actúan como energía de reserva. El pan es un ejemplo de ellos.
(Instituto Tomás Pascual Sanz, 2010).